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domingo, 17 de junio de 2012

El secreto de sus ojos


"Y ya no sé si es un recuerdo o el recuerdo de un recuerdo", el secreto de sus ojos.


Una noche, conversando acerca de todo y a la vez de nada, unos amigos y yo quisimos arreglar el mundo desde un solitario andén ubicado al frente de mi casa, pero como no pudimos, nos dimos a la pena entonces de relacionar las incoherencias que hablábamos con películas y, de un momento a otro, estábamos hablando, en medio de nuestra vasta ignorancia, de películas, actores, productores y directores. En ese momento hablamos de asesinos, películas desconocidas y, en un despiste, alguien terminó contando una película que no se acordaba cuál era pero se sabía muy bien la trama, en fin, ahí perdimos el tiempo escuchando porque creo que jamás la veremos, nunca sabremos su nombre, pues, quien la estaba narrando jamás recordará cómo se llamaba, estoy segura.

Así, en medio de una fría noche, después de unos snacks y una cerveza, después de hablar de la farándula de la semana y criticar nuestros talentos, alguien comentó sobre una gran película: “el secreto de sus ojos”. No le presté mucha atención porque alguna vez me la había comenzado a ver y me quedé dormida. Sin embargo, cuando empezó la narración y la cosa iba por buen camino le pedí que parara, igual tenía la película en una gaveta desde hacía un par de años. La cuestión es que la vez que me la empecé a ver y me dormí, como les comenté, me la estaba viendo con alguien, quien después no me la quiso contar porque le parecía de suma importancia que me la viera, solo la resumió en una palabra: “Excelente”. En fin, nunca me la vi, la aplacé y la aplacé hasta tal punto que la olvidé por completo. Siempre que quería ver películas iba a cine, la descargaba, hasta me las prestaban, pero no me veía las que reposaban en mi gaveta, no sé por qué.

Al día siguiente, después de tratar de arreglar el mundo, amanecí un poco artística, me levanté, cargué “el artista” y me perdí en el silencioso mundo de ese maravilloso film. Al respecto, solo queda por decir: “Magnífica”. Y es que después de ver “el artista” uno no quiere volver a ver, en su vida, cine hablado. Pero bueno, digamos que eso es prácticamente vetar el cine en nuestras vidas, así que, como el día no había terminado y mis instintos artísticos no desaparecían, desempolvé “el secreto de sus ojos” y comience a rodar. Al principio es un poco aburrida, da la impresión de que es más bien lenta y, como apenas ponen sobre la escena una serie de elementos dispersos, no se entienden algunas cosas. Pero eso no dura mucho, de un momento a otro, no pregunten cuándo, la película da un giro, de manera tal que quedas inmerso en ella, nada que hacer.

Llega ese punto en el que todo se relaciona y terminas descubriendo que no estás viendo una película, estás viendo “un peliculón”. La magia de un crimen, de un asesino, de un misterio, de una serie de circunstancias confusas, entre otras cosas, de una historia de amor no declarada pero extremadamente evidente, ponen ante el espectador ese mundo mágico que, incluso después de mitad de película aún no se comprende, pero da lugar a hacer un montón de conjeturas, aunque jamás, jamás, jamás, llegas a vislumbrar un desenlace como el que muestra magna película al final.

A propósito, cuando comencé este escrito quise decir el final, de entrada, pero pensándolo bien, teniendo en cuenta que es una gran película, no vale la pena que se las cuente, tendrán que vérsela si quieren saber de qué hablo, es más, tienen que vérsela si quieren decir algún día que se vieron una gran película. La cuestión es sencilla, la película va más allá de la simplicidad humana y explora esos campos de obstinación y obsesión que solo este complejo ser puede desarrollar. Al final, sin más, es posible que la piel se te erice, es posible que termines suspirando, es posible que te sientas salido de otro mundo. Al final, entenderás de qué se trata el amor y de qué se trata el odio. Al final, terminas comprendiendo ese mundo mágico de la sed de justicia y de la justicia por propia mano. Sin embargo, al final, cuando el film termine y el telón se baje, sentirás que, en realidad, difícilmente encontrarás una película igual, ni siquiera parecida. En conclusión, el resumen de toda la historia está en la diferencia entre la obsesión y el amor.

Para terminar, como verán, solo tengo una anotación que hacer: “Es genial”, aunque pensándolo  bien, algo paradójica: ¿Cómo hacen posible una DIGNA historia de amor en medio de dos ABOGADOS? A propósito, ¿Sabían que esta historia es basada en un libro? Por cierto, el libro se titula "la pregunta de sus ojos", escrito por Eduardo Sacheri. Y... No sé por qué, pero intuyo que el libro es mejor. O bueno, ¡Sí sé! Porque nunca una película supera un libro, o por lo menos yo no conozco el primer caso.